El cloro (Cl) es con el sodio (Na) uno de los componentes principales de la sal. Puesto en el agua de la piscina, la sal se disuelve. Cuando el agua salada de la piscina pasa entre los electrodos de su clorador salino (recorridas por una corriente continua), los iones Na+, Cl-, OH- y H+, resultado de un fenómeno de electrolisis, se combinan para formar el hipoclorito de sodio (NaClO) que al contacto del agua forma el acido hipocloroso (HClO) y la sosa.
Este acido hipocloroso es un oxidante muy potente que posee varias propiedades : - Oxidar y destruir las bacterias por oxigeno - Atacar los virus al nivel de las uniones aminadas de sus proteínas - Bloquear la actividad enzimática de las proteínas contenidas en las algas (como para las bacterias).
El acido hipocloroso y el ión hipoclorito constituyen lo que llamamos el cloro libre. Durante la electrolisis, la producción de cloro activo necesita únicamente el oxigeno y el hidrogeno, es decir, el agua (H2O). El cloro residual así como el sodio permanecen en el agua de la piscina, listos para ser empleados una vez mas. Los componentes clorados (cloraminas) son destruidos durante el pasaje al nivel de los electrodos y liberan el cloro que será de nuevo utilizado. Basta con dar al agua de su piscina una salinidad adecuada para producir, por la electrolisis de la sal, un desinfectante potente, rica en cloro activo.